Después de aquel rencuentro,
Lucía quedó muy impactada. Nunca se habría imaginado que el catalán se iba a
poner así de guapo. Cuando llegó a casa casi no podía controlar sus nervios y
notaba una fuerte presión en la espalda. Soltó el carrito de la compra en la
cocina y se encerró en su cuarto.
Buscaba algo en los estantes
mientras Filipo la miraba desde la cama. Encontró lo que buscaba entre un libro
y un muñeco Nenuco que le gustaba
mucho de pequeña. Corrió a sentarse junto al gato y abrió el polvoriento álbum
de fotos. A pesar de ser uno de los más recientes estaba bastante sucio, pero
eso a ella no le importó. Pasó las páginas hasta encontrar la fotografía que
estaba buscando y, al verla, le dio un ataque de risa.
Era imposible que su amigo
hubiese cambiado tanto, totalmente imposible. Antes era bajito y delgado, con
el pelo castaño claro y no muy guapo. ¿Lo habría abducido los alienígenas y ese
adolescente era un sustituto?
Fuese como fuese, decidió salir
a la calle esa noche, convenciéndose a sí misma de que era un capricho
pasajero. Pero en realidad era todo mucho más profundo.
§
Esa noche, acompañada de
Raúl, apareció puntualmente en la puerta de Victoria. Sus amigos la miraban de
forma extraña. Según les había contado su hermano, se había convertido en una
huraña antisocial. Aun así, no dijeron nada y la saludaron con una sonrisa.
Lucía, metida en su burbuja,
no reparó en las miradas de sus amigos y los saludó como si no les hubiese
dejado plantados el día anterior. No hizo demasiado caso a los demás, solo
tenía ojos para Albert. Tan emocionada estaba que no se dio cuenta de las
burlas de Claudia y Víctor:
- ¿Qué
le ha dado a esta hoy? Mira, mira las babas, Clau –reía el niño.
- ¿Tú
crees que le gusta? El año pasado estaban siempre discutiendo…
- ¿Y
no dicen que los que se pelean se desean? –intervino Victoria, que estaba
detrás de ellos jugando con un perro callejero.
Rieron los tres bajo la
mirada reprobatoria de Miriam, que no aprobaba que se burlasen de una amiga
que, claramente, acababa de pasar una mala racha.
Mientras Victoria jugaba con los pequeños y
Miriam jugueteaba con su móvil, Lucía no despegaba la vista de Albert.
No paraba de mirar sus ojos
tan grandes y azules como si estuviese hipnotizada. Los comentarios chistosos
sobre ellos volaban de un lado para otro, provocando risas, pero ninguno de los
dos se daba cuenta.
Los únicos que no se habían
unido a la conversación eran Manolo y Lydia, que hablaban un poco apartados del
grupo. Los dos estaban bastante
nerviosos, se alegraban de que sus amigos estuviesen entretenidos con otros
temas. Querían intimidad, los dos habían esperado mucho aquel momento, no
querían que un puñado de chiquillos estuviese dando vueltas a su alrededor.
Manolo empezó a hablarle a Lydia, rompiendo un
incómodo silencio, con la voz un poco titubeante.
- Lydia…
- Hola, ¿que tal estas?
Desde el rencuentro me has dejado un poco marcada, no me gustó que no me
hablases.
- Lo siento… no quería
hacerle daño al amor de mi vida
- ¿Perdona? –Se sobresaltó
la chica- ¿El amor de tu vida?
- Sí, ya te lo dije el año
pasado. Te quiero desde que te conocí –dice en voz baja Manolo. Ha puesto todo
su corazón en estas palabras.
Lydia se puso completamente
roja, no sabía qué contestar y se empezaba a formar otro silencio incómodo.
Casi agradeció la intervención de Victoria.
- ¿No
vas a darle nada al pobre muchacho? Ay, que poco corazón…
- Es
que me he quedado sin palabras –murmuró Lydia, cada vez más sonrojada. Victoria
se retiró viendo que iban a retomar su empalagosa conversación.
- Entonces
¿qué? ¿Saldrías conmigo? Por favor, no huyas otra vez… -dijo con ansiedad el
mayor de los hermanos Matagatos.
- Este…
¡qué mal! Supongo que… -Lydia no encontraba las palabras. Después de unos
segundos, cogió aire y soltó-: Está bien, te daré una oportunidad.
- ¿Puedo
gritar de alegría? –rio el chico, que parecía la persona más feliz del mundo.
- Ni
lo sueñes, que ya sabes lo cotilla que es esta gente. Además, ya tengo que irme…
-le parecía cruel dejar así al chico, pero no quería tener problemas con sus
padres. Eran muy estrictos con lo horarios.
- Espera,
que te acompaño –dijo el chico cuando ya se ha girado para marcharse. Ella no
respondió.
Matagatos la acompañó de la
mano a su casa pero se sentía ttriste por tener que despedirse tan pronto de su
chico. En ese momento le apeteció realmente besarla…
§
Por otro lado, Lucía estaba
demasiado nerviosa. El catalán le había echado el brazo por encima y Lucia le
cogió de la cintura. La chica estaba
empezando a perder el control y la espalda le dolía horrores, pero no quería
estropear el momento. Victoria vio que algo raro se le movía detrás de la
camiseta, pero sonrió pensando que Albert se había vuelto un pervertido. No se
dio cuenta de que lo que estaba en la espalda de su amiga era mucho más grande
que el brazo de un chaval de quince años.
Después de una larga noche y
en vistas de que su camiseta no aguantaría mucho más, Lucía decidió volver a
casa, pero no consiguió deshacerse del catalán, que la acompañó hasta allí. Estaban
los dos en la punta de la calle, cerca de sus respectivas casas, y fue ahí
donde el catalán la intentó besar por
primera vez. Lucía lo esquivó rápidamente, notando como se empezaba a romper la
tela de su camiseta favorita.
Miró al chico sorprendida,
no esperaba aquello. Tenía una imagen de él algo más prudente, pero el chico
había demostrado que no solo había cambiado exteriormente desde el verano
pasado. Corrió de espaldas hacia su casa, intentando ocultar los dos apéndices
negros que sobresalían de su espalda. Sin contestar a las disculpas de Albert,
huyó de allí en una escena que parecía repetirse cada año.
§
- ¿Otra
vez apareciéndote a estas horas? Menos mal que no están mis padres… Como nos
pillen algún día, me encargaré de que no puedas volver.
- Sabes
que no me harías nada –contestó Daniel. Le gustaba discutir con Victoria, y no
era difícil conseguirlo apareciendo tan tarde en su cuarto-. Es raro que tus
padres salgan, parece que están recuperando la magia.
- ¿Magia?
¿Llamas magia a que la abuela esté resfriada y haya que cuidarla?
- Hey,
tranquila, tranquila –el chico se tumbó con confianza sobre la cama de Victoria
y la llamó a su lado, pero ella le contestó de mala manera.
Se produjo un silencio,
aunque a ninguno de los dos parecía molestarle. Reflexionaban cada uno por su
cuenta, aunque sin saberlo, estaban pensando en lo mismo. El chico se sentó y
miró a Victoria, que estaba tumbada en el suelo. Le recordaba a algún animalillo
salvaje, y eso hacía que se comportase con ella como un hermano mayor.
- ¿Has
visto qué mal están tus amigos? Tienen las hormonas completamente
revolucionadas. Cada vez empezáis antes…
- Hablas
como los viejos, pero tienes razón. ¿Has visto la que se traen Lydia y
Matagatos? Veremos si pronto tenemos un niño chico más para cuidar.
- ¡Ja!
Que exagerada eres –el chico parece divertirse mucho. Se tumbó en el suelo junto
a su amiga, que no reaccionó.
- Y
los otros dos, Albert y Lucía… Esos si que me preocupan. Lucía es muy reservada
y el catalán ha cambiado mucho… tengo la sensación de que nos darán problemas.
Daniel se puso
repentinamente serio y se giró para quedar mirando a Victoria. Este le
observaba por el rabillo del ojo.
- Creo
que sería mejor que no te acerques más de la cuenta a Lucía. Tiene algo oscuro…
- ¿Algo
oscuro? ¿Qué no me acerque? Pareces mi padre. Sé cuidarme yo solita, no hace
falta que me vigiles tanto, pesado. A veces te mataría.
- Ah,
¿soy un pesado que te trata como a una niña chica? ¿Tanto me odias como para
querer matarme? –rio el chico- Verás… ¿Me dejarías quedarme aquí a dormir hoy?
Victoria abrió mucho los
ojos, incapaz de contestar. Daniel era totalmente impredecible, su pregunta la
había dejado sin palabras. A ella, que siempre tenía una respuesta para todo.
- ¿Ves?
Eres incapaz de negarme nada, en realidad me has cogido cariño –besa en la
frente a la chica y salta por la ventana, perdiéndose en la oscuridad.
Un escalofrío recorrió a
Victoria. Tuvo un mal presentimiento, pero decidió apartar su mente de ideas funestas
e irse a dormir. Ya estaba acostumbrada a que Daniel le dejase esa sensación
cada vez que se iba.
---------------Nota de Sofía---------------
Ya estamos otra vez dando la lata. Menudo capítulo nos ha salido, se nota que lo ha hecho Andrea. Yo no soy tan romántica xD
Os hemos dejado una encuesta sobre los chicos de la historia, para que vayáis participando en el blog. Votad, a ver quién gana ^^
Espero que os haya gustado el capítulo, pronto tendréis más. Y los dibujos solo me queda escanearlos (a ver cuándo me acuerdo)
------------Nota de Andrea-----------------
(Soy Sofi otra vez) No he conseguido su nota, y esta vez no tengo ni idea de lo que os quiere decir. Supongo que me regañaría por haber subido tan tarde el capítulo. Si la consigo, la subiré y os avisaré en tuenti.
Disculpad.
Mola!!Lo unico que quizas ha sido muy rapido lo de lucia y albert pero la cosas como son a mi me gusta mas a si jeje :)avisar del l siguiente cuando este
ResponderEliminarSi por mí fuera, le habría dado miles de millones de vueltas antes de esto, pero éste capítulo le tocaba a Andrea y no quería hacerle más modificaciones de la cuenta (yo corrijo los caps antes de publicar). En el original llegaban a besarse, pero me parecía demasiado precipitado.
EliminarMe alegro de que te haya gustado^^
El blog está muy bien y me estoy dando cuenta y que estáis modificandolo para bien y la historia también está muy chulo; y creo que sí que vais un poquito rápido pero vamos...
ResponderEliminarUn consejo; tengo dos amigas que hacen una historia juntas (no voy a hacer spam) y lo que hacen es con una libreta cada una escribe el capítulo; pero antes de que lo suban la otra coge a libreta y lo modifica lo que crea que no le gusta y se lo pasa de nuevo a la otra para que le de su visto bueno; o si no; quedan una tarde para hablar de las cosas que no les convenza.
Lo repito; la historia está muy bien hecha pero creo que podríais explicar más algunas cosillas por ejemplo las relaciones entre ellos, más conversación del grupo entero o algo así; es que no se, la historia es muy buena pero creo que le falta un poco la chispa..
Enserio; siento si molesto mucho pero yo soy así con los blogs que leo :$
Que va, mujer, por supuesto que no molestas. Todos los comentarios son bien recibidos (incluso si nos quieres insultar,en ese caso simplemente te ignoraríamos).
EliminarDesde luego, lo de la libreta me parece una buena idea y se lo comentaré a Andrea en cuanto vuelva a verla (sigue en la playa).
Y sí, con lo de que tendríamos que meter más conversaciones del grupo tienes razón. Intentaremos mejorar ese aspecto en el próximo cap.
Muchas gracias por darnos tu opinión ^^