Son un grupo de amigos normales que quieren disfrutar del verano al máximo. Pero no todo será fácil para la protagonista, que tendrá que guardar su mayor secreto si quiere seguir con vida. No será un camino de rosas.

lunes, 16 de julio de 2012

Capítulo 4: Cupido nos ataca


Después de aquel rencuentro, Lucía quedó muy impactada. Nunca se habría imaginado que el catalán se iba a poner así de guapo. Cuando llegó a casa casi no podía controlar sus nervios y notaba una fuerte presión en la espalda. Soltó el carrito de la compra en la cocina y se encerró en su cuarto.
Buscaba algo en los estantes mientras Filipo la miraba desde la cama. Encontró lo que buscaba entre un libro y un muñeco Nenuco que le gustaba mucho de pequeña. Corrió a sentarse junto al gato y abrió el polvoriento álbum de fotos. A pesar de ser uno de los más recientes estaba bastante sucio, pero eso a ella no le importó. Pasó las páginas hasta encontrar la fotografía que estaba buscando y, al verla, le dio un ataque de risa.
Era imposible que su amigo hubiese cambiado tanto, totalmente imposible. Antes era bajito y delgado, con el pelo castaño claro y no muy guapo. ¿Lo habría abducido los alienígenas y ese adolescente era un sustituto?
Fuese como fuese, decidió salir a la calle esa noche, convenciéndose a sí misma de que era un capricho pasajero. Pero en realidad era todo mucho más profundo.
     §
Esa noche, acompañada de Raúl, apareció puntualmente en la puerta de Victoria. Sus amigos la miraban de forma extraña. Según les había contado su hermano, se había convertido en una huraña antisocial. Aun así, no dijeron nada y la saludaron con una sonrisa.
Lucía, metida en su burbuja, no reparó en las miradas de sus amigos y los saludó como si no les hubiese dejado plantados el día anterior. No hizo demasiado caso a los demás, solo tenía ojos para Albert. Tan emocionada estaba que no se dio cuenta de las burlas de Claudia y Víctor:
-       ¿Qué le ha dado a esta hoy? Mira, mira las babas, Clau –reía el niño.
-       ¿Tú crees que le gusta? El año pasado estaban siempre discutiendo…
-       ¿Y no dicen que los que se pelean se desean? –intervino Victoria, que estaba detrás de ellos jugando con un perro callejero.
Rieron los tres bajo la mirada reprobatoria de Miriam, que no aprobaba que se burlasen de una amiga que, claramente, acababa de pasar una mala racha.
 Mientras Victoria jugaba con los pequeños y Miriam jugueteaba con su móvil, Lucía no despegaba la vista de Albert.
No paraba de mirar sus ojos tan grandes y azules como si estuviese hipnotizada. Los comentarios chistosos sobre ellos volaban de un lado para otro, provocando risas, pero ninguno de los dos se daba cuenta.
Los únicos que no se habían unido a la conversación eran Manolo y Lydia, que hablaban un poco apartados del grupo.  Los dos estaban bastante nerviosos, se alegraban de que sus amigos estuviesen entretenidos con otros temas. Querían intimidad, los dos habían esperado mucho aquel momento, no querían que un puñado de chiquillos estuviese dando vueltas a su alrededor.
Manolo  empezó a hablarle a Lydia, rompiendo un incómodo silencio, con la voz un poco titubeante.
- Lydia…
- Hola, ¿que tal estas? Desde el rencuentro me has dejado un poco marcada, no me gustó que no me hablases.
- Lo siento… no quería hacerle daño al amor de mi vida
- ¿Perdona? –Se sobresaltó la chica- ¿El amor de tu vida?
- Sí, ya te lo dije el año pasado. Te quiero desde que te conocí –dice en voz baja Manolo. Ha puesto todo su corazón en estas palabras.
Lydia se puso completamente roja, no sabía qué contestar y se empezaba a formar otro silencio incómodo. Casi agradeció la intervención de Victoria.
-       ¿No vas a darle nada al pobre muchacho? Ay, que poco corazón…
-       Es que me he quedado sin palabras –murmuró Lydia, cada vez más sonrojada. Victoria se retiró viendo que iban a retomar su empalagosa conversación.
-       Entonces ¿qué? ¿Saldrías conmigo? Por favor, no huyas otra vez… -dijo con ansiedad el mayor de los hermanos Matagatos.
-       Este… ¡qué mal! Supongo que… -Lydia no encontraba las palabras. Después de unos segundos, cogió aire y soltó-: Está bien, te daré una oportunidad.
-       ¿Puedo gritar de alegría? –rio el chico, que parecía la persona más feliz del mundo.
-       Ni lo sueñes, que ya sabes lo cotilla que es esta gente. Además, ya tengo que irme… -le parecía cruel dejar así al chico, pero no quería tener problemas con sus padres. Eran muy estrictos con lo horarios.
-       Espera, que te acompaño –dijo el chico cuando ya se ha girado para marcharse. Ella no respondió.
Matagatos la acompañó de la mano a su casa pero se sentía ttriste por tener que despedirse tan pronto de su chico. En ese momento le apeteció realmente besarla…

§
Por otro lado, Lucía estaba demasiado nerviosa. El catalán le había echado el brazo por encima y Lucia le cogió de la cintura.  La chica estaba empezando a perder el control y la espalda le dolía horrores, pero no quería estropear el momento. Victoria vio que algo raro se le movía detrás de la camiseta, pero sonrió pensando que Albert se había vuelto un pervertido. No se dio cuenta de que lo que estaba en la espalda de su amiga era mucho más grande que el brazo de un chaval de quince años.
Después de una larga noche y en vistas de que su camiseta no aguantaría mucho más, Lucía decidió volver a casa, pero no consiguió deshacerse del catalán, que la acompañó hasta allí. Estaban los dos en la punta de la calle, cerca de sus respectivas casas, y fue ahí donde el catalán la  intentó besar por primera vez. Lucía lo esquivó rápidamente, notando como se empezaba a romper la tela de su camiseta favorita.
Miró al chico sorprendida, no esperaba aquello. Tenía una imagen de él algo más prudente, pero el chico había demostrado que no solo había cambiado exteriormente desde el verano pasado. Corrió de espaldas hacia su casa, intentando ocultar los dos apéndices negros que sobresalían de su espalda. Sin contestar a las disculpas de Albert, huyó de allí en una escena que parecía repetirse cada año.
§
-       ¿Otra vez apareciéndote a estas horas? Menos mal que no están mis padres… Como nos pillen algún día, me encargaré de que no puedas volver.
-       Sabes que no me harías nada –contestó Daniel. Le gustaba discutir con Victoria, y no era difícil conseguirlo apareciendo tan tarde en su cuarto-. Es raro que tus padres salgan, parece que están recuperando la magia.
-       ¿Magia? ¿Llamas magia a que la abuela esté resfriada y haya que cuidarla?
-       Hey, tranquila, tranquila –el chico se tumbó con confianza sobre la cama de Victoria y la llamó a su lado, pero ella le contestó de mala manera.
Se produjo un silencio, aunque a ninguno de los dos parecía molestarle. Reflexionaban cada uno por su cuenta, aunque sin saberlo, estaban pensando en lo mismo. El chico se sentó y miró a Victoria, que estaba tumbada en el suelo. Le recordaba a algún animalillo salvaje, y eso hacía que se comportase con ella como un hermano mayor.
-       ¿Has visto qué mal están tus amigos? Tienen las hormonas completamente revolucionadas. Cada vez empezáis antes…
-       Hablas como los viejos, pero tienes razón. ¿Has visto la que se traen Lydia y Matagatos? Veremos si pronto tenemos un niño chico más para cuidar.
-       ¡Ja! Que exagerada eres –el chico parece divertirse mucho. Se tumbó en el suelo junto a su amiga, que no reaccionó.
-       Y los otros dos, Albert y Lucía… Esos si que me preocupan. Lucía es muy reservada y el catalán ha cambiado mucho… tengo la sensación de que nos darán problemas.
Daniel se puso repentinamente serio y se giró para quedar mirando a Victoria. Este le observaba por el rabillo del ojo.
-       Creo que sería mejor que no te acerques más de la cuenta a Lucía. Tiene algo oscuro…
-       ¿Algo oscuro? ¿Qué no me acerque? Pareces mi padre. Sé cuidarme yo solita, no hace falta que me vigiles tanto, pesado. A veces te mataría.
-       Ah, ¿soy un pesado que te trata como a una niña chica? ¿Tanto me odias como para querer matarme? –rio el chico- Verás… ¿Me dejarías quedarme aquí a dormir hoy?
Victoria abrió mucho los ojos, incapaz de contestar. Daniel era totalmente impredecible, su pregunta la había dejado sin palabras. A ella, que siempre tenía una respuesta para todo.
-       ¿Ves? Eres incapaz de negarme nada, en realidad me has cogido cariño –besa en la frente a la chica y salta por la ventana, perdiéndose en la oscuridad.
Un escalofrío recorrió a Victoria. Tuvo un mal presentimiento, pero decidió apartar su mente de ideas funestas e irse a dormir. Ya estaba acostumbrada a que Daniel le dejase esa sensación cada vez que se iba. 


---------------Nota de Sofía---------------
Ya estamos otra vez dando la lata. Menudo capítulo nos ha salido, se nota que lo ha hecho Andrea. Yo no soy tan romántica xD
Os hemos dejado una encuesta sobre los chicos de la historia, para que vayáis participando en el blog. Votad, a ver quién gana ^^
Espero que os haya gustado el capítulo, pronto tendréis más. Y los dibujos solo me queda escanearlos (a ver cuándo me acuerdo)

------------Nota de Andrea-----------------
 (Soy Sofi otra vez) No he conseguido su nota, y esta vez no tengo ni idea de lo que os quiere decir. Supongo que me regañaría por haber subido tan tarde el capítulo. Si la consigo, la subiré y os avisaré en tuenti.
Disculpad.

4 comentarios:

  1. Mola!!Lo unico que quizas ha sido muy rapido lo de lucia y albert pero la cosas como son a mi me gusta mas a si jeje :)avisar del l siguiente cuando este

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    1. Si por mí fuera, le habría dado miles de millones de vueltas antes de esto, pero éste capítulo le tocaba a Andrea y no quería hacerle más modificaciones de la cuenta (yo corrijo los caps antes de publicar). En el original llegaban a besarse, pero me parecía demasiado precipitado.
      Me alegro de que te haya gustado^^

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  2. El blog está muy bien y me estoy dando cuenta y que estáis modificandolo para bien y la historia también está muy chulo; y creo que sí que vais un poquito rápido pero vamos...
    Un consejo; tengo dos amigas que hacen una historia juntas (no voy a hacer spam) y lo que hacen es con una libreta cada una escribe el capítulo; pero antes de que lo suban la otra coge a libreta y lo modifica lo que crea que no le gusta y se lo pasa de nuevo a la otra para que le de su visto bueno; o si no; quedan una tarde para hablar de las cosas que no les convenza.
    Lo repito; la historia está muy bien hecha pero creo que podríais explicar más algunas cosillas por ejemplo las relaciones entre ellos, más conversación del grupo entero o algo así; es que no se, la historia es muy buena pero creo que le falta un poco la chispa..

    Enserio; siento si molesto mucho pero yo soy así con los blogs que leo :$

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    1. Que va, mujer, por supuesto que no molestas. Todos los comentarios son bien recibidos (incluso si nos quieres insultar,en ese caso simplemente te ignoraríamos).
      Desde luego, lo de la libreta me parece una buena idea y se lo comentaré a Andrea en cuanto vuelva a verla (sigue en la playa).
      Y sí, con lo de que tendríamos que meter más conversaciones del grupo tienes razón. Intentaremos mejorar ese aspecto en el próximo cap.
      Muchas gracias por darnos tu opinión ^^

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